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Actualización de madrugada

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Lugar: Cantabria, Spain

miércoles, 11 de julio de 2012

FIRMAS: Victoria Prego, S González, Secondat, D Gistau, FJ Losantos, PG Cuartango,


  • PREGUERÍAS
  • 11/07/2012 VICTORIA PREGO

  • La tardanza es la condena

    El PSOE está comprometido con los terroristas en derogar la doctrina Parot y utiliza al corrompido sindicato socialista de Jueces para la Democracia . Hemos tardado tanto tiempo en reaccionar que ahora nuestra tardanza se ha vuelto contra nosotros. El fallo del Tribunal de Derechos Humanos puso ayer de manifiesto lo que, siendo una pura obviedad, nos recuerda hasta qué punto España es hoy, una vez más, víctima de sí misma.

    Dice el Tribunal de Estrasburgo que «los Estados son libres para modificar su política criminal, especialmente para reforzar la represión de los crímenes y delitos». Añade otras consideraciones, también muy obvias, pero lo que interesa aquí es destacar esa primera parte del párrafo porque precisamente ahí ha estado nuestro principal error.

    España se ha pasado 22 largos años sin modificar ni una coma de una política criminal que databa de los tiempos del franquismo, cuando el terrorismo era una amenaza del todo inimaginable para el régimen y cuando los castigos estaban pensados para los delitos políticos o los delitos sociales.

    Nuestros dirigentes han necesitado todo ese tiempo antes de caer en la cuenta de que, a una banda criminal organizada que hace de la muerte su razón de existir, había que aplicarle criterios específicos, distintos y menos benevolentes, que los que se aplican a los delincuentes comunes.

    A pesar de haber vivido constantemente azotados por los ataques sangrientos de la banda, los sucesivos gobiernos aguantaron 22 años impávidos, sin atreverse a modificar el Código Penal de 1973. Veintidos años en los que la banda terrorista desplegó su mayor y más intensa actividad. Veintidos años durante los cuales los grandes asesinos de ETA cometieron sus crímenes.

    Y algo peor aún, teniendo en cuenta la obligación que todo Estado tiene de defenderse de quienes pretenden destruirlo: después de haber acabado en 1995 con la aplicación automática de unas redenciones de penas que estaban pensadas para delincuentes, digamos, humanizables, hubo que esperar hasta 2003 para que el Gobierno lograra aumentar a 40 años la pena máxima que podría imponerse a los terroristas.

    Para entonces los presos etarras se estaban acogiendo masivamente a las medidas que, aplicadas sobre la pena máxima de 30 años, les permitían recuperar la libertad a los 20. Eso fue lo que en 2006 quiso cortar de raiz la aplicación de la doctrina Parot, cuya retroactividad ha sido descalificada en Estrasburgo.
    Una reforma a tiempo nos habría ahorrado el terrible sarcasmo de tener que contemplar cómo a los asesinos múltiples, que han vivido para matar y para ordenar matar, a partir de los dos primeros crímenes, los demás les van a salir, penalmente hablando, gratis total

  • A CONTRAPELO
  • 11/07/2012 SANTIAGO GONZÁLEZ

  • Sentencia europea

    . usted si fuera el único de sus hermanos que no se ha tirado a Marilyn Monroe?».

    Inés del Río Prada, compañera de Iñaki de Juana en el comando Madrid, fue condenada a más de 3.000 años de cárcel por 23 asesinatos, entre los que cabe señalar la matanza de 12 guardias civiles en la plaza de la República Dominicana, la de otros cinco en la calle de Juan Bravo, el asesinato del coronel Vicente Romero, el vicealmirante Escrigas, el comandante Sáenz de Ynestrillas y así hasta 23.

    Ayer se cumplían 15 años del secuestro de Miguel Ángel Blanco y era una fecha muy apropiada para que el Tribunal de Estrasburgo estimara un recurso de la asesina múltiple por no haber sido puesta en libertad en 2008, al habérsele aplicado la doctrina Parot. Ayer también, Errekondo, portavoz abertzale en el Congreso, aprovechaba la ocasión para negarse a condenar el asesinato de Blanco y los 857 restantes, ça va de soi. ¿Que cuántas son las cinco partes del mundo? Pues las cuatro partes del mundo son tres: Europa y Asia. Tres mil años se quedan en 30, a los que se aplican reducciones por estudios universitarios de los que dan fe gentes activamente comprometidas con la causa, como la candidata Mintegi y el cuerpo docente de Amaiur, y que le dejaban la condena en 20 años, poco más o menos. Según consta en su expediente, entre los años 1989 y 1996, Inés del Río formaba parte de los alumnos presenciales de la Universidad del País Vasco en el turno de mañana en castellano, maravillas de la UPV. Uno creía que la cárcel y la condición de alumno presencial estaban reñidos, como estar en la cárcel y hacer excursiones al monte o ir a las rebajas de El Corte Inglés.

    El Gobierno piensa recurrir la sentencia y hará bien. No piensa pagar los 30.000 euros de indemnización que el Tribunal ha impuesto a España, y también hará bien al dedicarlos al resarcimiento de las víctimas, aunque una sencilla división entre el número de sus asesinados deja ver que va a ser un resarcimiento muy pequeño.

    Las sentencias son para acatarlas y si el Tribunal de Estrasburgo se ratifica, habrá que ponerla en libertad cuanto antes y predisponerse a dar el mismo trato a los 67 terroristas que se encuentran en la misma situación en aplicación de la doctrina Parot. No hay que extraer conclusiones precipitadas y se debe comprender a los miembros del citado Tribunal de Derechos Humanos, aunque uno de sus miembros sea español. Pongámonos en su lugar: el 30 de junio de 2009 ratificaron por unanimidad la ilegalización de Batasuna dictada por el Tribunal Supremo el 27 de marzo de 2003, para ver poco después que la reconstitución del partido ilegalizado recibía el aprobado del Tribunal Constitucional español, enmendándole la plana al Supremo de su país. Por otra parte, ¿cómo se sentiría usted si fuera miembro del único tribunal de Europa que no ha desautorizado al Supremo de España? Uno de los primeros espacios de Spitting Image que vi mostraba a Ted Kennedy llorando a lágrima viva. «Pero hombre, ¿por qué llora?», le preguntaba un periodista, acercándole el canuto, a lo que el pequeño de los Kennedy replicaba: «¿Cómo se sentiría
  • BREVETE
  • 11/07/2012 SECONDAT
  • Solventes e independientes

    Si aceptamos sinceramente las reglas del Estado de Derecho, el poder judicial ha de gozar de independencia respecto a los otros poderes. Es muy fácil decirlo, pero cuesta mucho llevarlo a la práctica. Puede afirmarse que, en muy pocos regímenes de los ahora existentes, el poder judicial resulta independiente. A veces es el Legislativo el que controla la situación, a veces es el Ejecutivo el preponderante: regímenes de asamblea, regímenes falsamente presidencialistas. La independencia del poder judicial exige que los jueces sepan bien el derecho que aplican y que, además, su trayectoria profesional no esté favorecida desde fuera. La manera de nombrar al Consejo General, por ejemplo, no garantiza por sí misma la solvencia de los elegidos ni su independencia. Lo procedente sería seleccionar para cualquier puesto de la judicatura -desde el escalón más bajo al más alto- a personas que han demostrado conocer bien el derecho (solvencia) y que no tengan carácter acomodaticio respecto a quienes mandan, sean los superiores en el escalafón, sean capitostes económicos o sociales (independencia). He aquí el gran reto que, día a día, nos plantean los regímenes democráticos

  • AL ABORDAJE
  • 11/07/2012 DAVID GISTAU

  • La primera conciencia

    Es raro que alguien se despierte por la mañana y sienta ganas de ser sociedad civil. A este cronista le ha ocurrido solamente dos veces en la vida: el 11 de marzo de 2004 y el 12 de julio de 1997.

    El asesinato de Miguel Ángel Blanco, con el país entero clavado ante el televisor como si Armstrong fuera a caminar por la Luna, fue el primer acontecimiento de la vida pública por el que uno se sintió transformado. Una epifanía, si quieren. Antes de esa fecha espantosa, nada de lo que había ocurrido a mi alrededor me había obligado a revisar ciertas resoluciones misántropas, esteparias, las típicas que confluyen en el esnob que se prohíbe a sí mismo sentir o pensar lo mismo que su sociedad. Hasta fui a la manifestación.

    Aquella bofetada despertó una conciencia comunitaria -la de las manos blancas, perdonadme- que tampoco conservó el arrojo durante mucho tiempo. En ese sentido, no soy sino una coincidencia generacional. Pensado en frío, lo asombroso es que sólo a raíz de aquel crimen fuéramos capaces de levantarnos por la mañana con vocación de sociedad civil. Porque ETA había dado motivos mucho antes, empezando por la crueldad repugnante del atentado de Irene Villa, esa mujer que sigue representando el triunfo de la vida sobre la maldad. Los cristales de mi casa temblaron con la bomba de República Dominicana, luego vi un cuerpo tapado en el paso elevado de López de Hoyos, pero eran hombres de uniforme, tragedias siempre matizadas por diversas perversiones intelectuales y por la cobardía en general.
    En cualquier caso, Ermua nos atornilló a ciertas certezas sencillas que impulsaron el advenimiento de nuestra conciencia. Casi las añoro. Porque ahora, disuelto aquel impulso colectivo, intoxicados por los muñidores de la falsa paz, hemos alcanzado un momento tan confuso que el periodismo de progreso y ETA coinciden en su visión de las cosas y hasta en la elección de los adjetivos. Ambos llaman «vengativas» a las víctimas que aún creen en esa estúpida convención que nos dimos entonces, la justicia.

  • COMENTARIOS LIBERALES
  • 11/07/2012 F. JIMÉNEZ LOSANTOS

  • Quince años infames

    Tras el secuestro, tortura y asesinato de Miguel Ángel Blanco -en la autopsia se habla del «gran sufrimiento» antes de morir del concejal-- la nación española ha tenido quince años para la justicia, que si se ejerce con rigor es la forma más justa y eficaz de la venganza. Quince años con el espaldarazo de la mayor movilización popular de la historia, más de seis millones de personas en la calle, muchos de ellos ejerciendo de ciudadanos españoles por primera vez. Seis millones que se reconocieron en la víctima y en la nación con él asesinada.

    Quince años después, lo que ha hecho la casta política y togada con aquel inmenso capital político, a la vista está: se ha legalizado como partido político a la jauría de asesinos y cómplices de aquel crimen que resume todos los crímenes de la ETA; se les ha regalado un inmenso poder para ejercer el terror blanco a cuenta del Presupuesto con tal de que digan que dejan -aunque no dejen- el terror rojo, porque las pistolas y el discurso asesino siguen intactos; y la fachada política de la banda se niega, como ayer el portavoz de Amaiur, a condenar el asesinato de Miguel Angel, mientras un tío del Opus, viva imagen de la complicidad con la ETA del clericalismo vasco, rindió un emotivo homenaje a Pilatos y se atrevió a condenar la violencia de todo tipo, o sea, la violencia que sufrió durante dos días interminables el joven concejal del PP y la violencia del que le pegó dos tiros en la nuca tras hacerle arrodillarse en el suelo, que a lo mejor le resultó un poco violento.

    Hoy se comentará en los medios la futura suelta de asesinos como consecuencia de la sentencia de Estrasburgo contra la doctrina Parot, ese parche de jueces y políticos para remediar la progrez mostrenca del Código Belloch. Pero no se han cambiado las leyes y cuando se ha hecho con la Ley de Partidos, ni se cumplen ni se permite que lo hagan jueces independientes. En Estrasburgo no faltan al trabajo como en el Congreso, al que no fue nadie para examinar a los cuatro miembros de ese Tribunal AntiConstitucional que por dos veces y de forma ilegal, ha enmendado sentencias del Supremo para legalizar a los asesinos de Miguel Ángel Blanco. Malditos sean los legalizados, los legalizadores y sus amos políticos. Y maldita sea esta sociedad de borregos, base sólida de esta infamia que acaba de cumplir quince años.

  • TIEMPO RECOBRADO
  • 11/07/2012 PEDRO G. CUARTANGO

  • Las mónadas y el bosón de Higgs

    . ES DIFÍCIL ser completamente original, por lo que el mérito de los científicos es en muchas ocasiones validar lo que otros han logrado predecir mucho antes. He leído con atención todo lo que se ha publicado en referencia al bosón de Higgs, una partícula elemental sumamente inestable que cohesiona la masa y que está presente en los átomos. Me sorprende que nadie haya reparado en el asombroso parecido del bosón con las mónadas de Leibniz, nacido en Lepizig en 1646, que no sólo destacó en filosofía y matemáticas, sino que fue uno de los grandes diplomáticos de su tiempo.

    Leibniz decía que toda la realidad está compuesta por mónadas, que son sustancias simples, inextensas y con una cierta capacidad pensante. El filósofo alemán se daba cuenta de que la extensión de los cuerpos es sólo aparente y de que lo que llamamos materia está compuesto de esas mónadas que, al presentar resistencia, ofrecen en nosotros la ilusión de la cohesión.

    «Las mónadas no tienen ventanas», escribió Leibniz, porque no interactúan entre sí ni se comunican, al igual que los bosones, que sólo se relacionan con otras partículas elementales de distinta naturaleza.

    Leibniz distinguía entre las mónadas del cuerpo y las del alma, que disponen de una mayor capacidad pensante. Pero si las mónadas, como los bosones, no se comunican, la pregunta es obvia: ¿quién es el que ha creado las leyes de la naturaleza que rigen en el universo? Leibniz responde que las mónadas son «como dos relojes hechos por el mismo relojero con toda la perfección posible y puestos en marcha en el mismo momento». Naturalmente el relojero es Dios, que ha dado cuerda a las mónadas.

    No ha faltado quien ha bautizado al bosón de Higgs como partícula de Dios, viendo la mano del Ser Supremo en la creación de este elemento que funciona como una argamasa de la materia y que ordena los movimientos de otras partículas elementales que interactúan en el interior del átomo.

    Que cada uno piense lo que quiera porque la física cuántica es lo más parecido al reino de lo inefable, pero no deja de ser llamativo que hace más de tres siglos un filósofo alemán pudiera describir con tanta exactitud las fuerzas elementales de la materia y la naturaleza inextensa de los cuerpos. Yo creo que los científicos del CERN están en deuda con Leibniz y que deberían bautizar alguna nueva partícula con su nombre.

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